Los límites del clientelismo |
De las 12 elecciones en disputa para gobernador, seis tuvieron alternancia. La misma proporción que en 2009 (el año pasado fueron tres de seis). Otras tres (Hidalgo, Durango y Veracruz) fueron mucho más competidas de lo que se esperaba. La mayor parte de las mediciones preelectorales sobrestimaron al PRI (aunque hubo casos en los que se quedaron cortas, como en Chihuahua, Zacatecas o Tamaulipas). El resultado fue mucho más mixto de lo que se esperaba y con una dominancia priista mucho menor, como ya lo había sugerido el antecedente reciente de Yucatán. Tal vez la lección más importante sea que el 4 de julio del 2010 acudieron a las urnas electores más independientes de lo que se esperaba, y que cada una de las elecciones respondió a sus propios estímulos y patrones de conducta. Se podría hablar de 14 historias distintas o 12 elecciones de gobernador, que, sin embargo, permiten buscar patrones comunes en el elector. Estos sorpresivos resultados cuestionan algunos de los supuestos con los que contábamos para explicar estas elecciones locales. El primero y más importante por su consecuencia es el del clientelismo. Si la tasa de cambio de partido en el gobierno es de 50 por ciento, por lo menos en el agregado y en términos numéricos, significa que se tiene la misma probabilidad de permanecer el partido en el gobierno o de perder la elección. Más que de un indicador de equidad en la contienda, se trata de un signo que da cuenta de la autonomía del electorado mexicano, y tal vez de su sofisticación. La cooptación de voto que se asumía que los gobiernos locales tendrían sobre sus electorados resultó, por lo menos, insuficiente para garantizar el triunfo electoral. Es decir, el clientelismo que tanto se temía resultó poco eficaz. Las variables que resultan relevantes para explicar la elección de encuestas preelectorales y exit polls así lo señalan. Un primer indicador que valida este argumento es que los candidatos que ganaron son los que contaban con mejor imagen dentro del electorado. Si lo revisamos en los estados de alternancia, el argumento se prueba en todos los casos sin importar partidos. En Aguascalientes la imagen de Carlos Lozano era mejor que la de Martín Orozco (aunque fuese por un margen estrecho). En Oaxaca Gabino Cué estaba casi 20 puntos por arriba de Eviel Pérez; en este caso el nivel de conocimiento del candidato de la Coalición por la Transformación de Oaxaca antes de su nominación era de 14 puntos, y llegó casi a 90. |
EDITORIAL
Los límites del clientelismo
"Gracias al PRI". DRESSER, Denise.
La lideresa recorre la República buscando palmadas en la espalda mientras pide regresar al poder a un partido responsable de sus peores vicios. La priista denuncia la ineficacia y la inexperiencia de diversos funcionarios panistas incapaces de limpiar el tiradero que su partido dejó tras de sí. Hay mucho de paradójico en su proceder porque existe otra lista de cosas vinculadas con el PRI que valdría la pena recordar.
Hay otras contribuciones por las cuales el electorado debería estar menos agradecido. México arrastra un legado que no debería ser
motivo de aplausos; México carga con una herencia de la cual los priistas se distancian pero de la cual son responsables.
A partir de la década de los ochenta, el negocio de la droga comienza a crecer y lo hace con protección política. Con la complicidad de miembros de la Policía Judicial Federal y de agentes de la Dirección Federal de Seguridad. Con lacolusión de gobernadores como Mario Villanueva Madrid y otros dirigentes priistas de narcomunicipios y estados fronterizos. A lo largo de los años, la estructura política del priismo provee un caparazón al crimen organizado, que avanza no a pesar del gobierno, sino –en buena medida– gracias a él.
Cuando los panistas llegan a la Presidencia se encuentran un Estado rebasado, se enfrentan a autoridades estatales cómplices, se topan
con policías infiltradas, apelan a procuradurías indolentes. Y, sin duda, tanto la administración de Vicente Fox Quesada como la de Felipe Calderón Hinojosa no han encarado el reto de la mejor manera; el primero por omisión y el segundo por falta de previsión. Pero lo innegable es que no son responsables del problema:
lo heredan. Hoy los priistas culpan al gobierno panista de aquello que ellos mismos engendraron.
la central obrera hasta 2016. Líder hasta la muerte, encumbrado después de una votación fast track y por aclamación.
Argumenta que México ha cambiado y que los trabajadores son libres y merecen respeto, cuando lo ocurrido en ese evento es señal de la podredumbre de siempre. La genuflexión de siempre. La alianza de siempre. El pacto de siempre. El liderazgo del PRI ofrece prebendas a cambio de apoyo político. Tan es así que, sin ningún rubor, Gamboa Pascoe sostiene que “hizo cuentas con Paredes” para incrementar, en el próximo proceso electoral, el número de posiciones en el Congreso de integrantes cetemistas. Así, el PRI ratifica su preferencia por las prácticas del pleistoceno.
quien llegue a algún puesto –desde hace décadas– piense que está allí para enriquecerse. Para hacer negocios. Para firmar contratos. Para embolsarse partidas secretas. Para otorgar concesiones y recibir algo a cambio. Sólo así se explica la Colina del Perro construida por José López Portillo. Sólo así se explica la fortuna acumulada en las cuentas suizas de Raúl Salinas de Gortari. Sólo así se entiende el reloj de 70 mil dólares que porta Carlos Romero Deschamps. Sólo así se comprende el guardarropa de Elba Esther Gordillo Morales. Gracias al PRI gran parte de la población considera que la corrupción es una conducta habitual y aceptable que acompaña a la función pública.
en la protección política a sus miembros, al margen de las leyes que violan, los estudiantes que asesinan, los desfalcos que cometen, los robos que encabezan, los desvíos que ordenan. La lista es larga y escandalosa: Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari, Raúl Salinas de Gortari, Mario Marín Torres, Arturo Montiel Rojas, Jorge Hank Rhon, Roberto Madrazo Pintado, Emilio Gamboa Patrón, José Murat Casab, Ulises Ruiz Ortiz. Y para protegerse a sí mismos promulgan leyes a modo, saltan de puesto en puesto, intimidan a periodistas, negocian amparos, compran apoyos y corrompen jueces. Entonces no sorprende que en la lista de candidatos del PRI se encuentren varios excolaboradores de Arturo Montiel Rojas – acusado de peculado y enriquecimiento ilícito – encargados de exonerarlo.
como lo hizo en una reunión reciente. Pero si eso ocurre, tanto él como su predecesor habrán producido ese desenlace al optar por un “pacto de no agresión” desde hace ocho años. Al suponer que bastaría sacar al PRI de Los Pinos sin modificar sustancialmente su modus operandi. El gran error del PAN ha sido tratar de operar políticamente dentro de la estructura que el PRI creó, en vez de romperla. El gran error del PAN ha sido creer que podría jugar mejor el juego diseñado por el PRI, en vez de abocarse a cambiar sus reglas. El gran error ha sido emular a los priistas en vez de rechazar la manera de hacer política que instauraron.
logrado beneficiar eficazmente a los grandes empresarios; no han logrado ocultar eficazmente los negocios que han hecho en su paso por el poder; no han logrado combatir eficazmente la impunidad porque también se volvieron cómplices de ella. Gracias al PRI el país padeció tantos años de mal gobierno. Gracias al PAN es probable que la historia se repita.
Y CONOCIDOS. EL HOMBRE ES EL UNICO ANIMAL QUE TROPIEZA
CON LA MISMA PIEDRA UNA Y OTRA VEZ. OJALÁ QUE ÉSTE NO SEA
EL CASO. DE TI DEPENDE.
-ESTOY DE ACUERDO, EN GENERAL, CON LO EXPRESADO POR DENNISE;
SIN EMBARGO, DEBEMOS RECORDAR QUE EL PAN DE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS